Uno de los riesgos, ante la llegada de las temperaturas invernales y la consecuente calefacción de los lugares cerrados, es la intoxicación con monóxido de carbono. En tal sentido, la Municipalidad de Santa Fe aconseja estar alerta ante el uso de estufas y braseros para calentar los ambientes.
El monóxido de carbono (CO) que se origina en las viviendas, es un gas producto de la combustión de calefactores a gas, salamandras y braseros. No tiene olor, sabor ni color, y compite con el oxígeno que necesitamos para respirar. Cuando se queda encerrado en un espacio puede intoxicar a personas y animales.
Los síntomas que produce son habitualmente dolor de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, confusión, palpitaciones, zumbido de oídos, pérdida de conocimiento e incluso convulsiones.
Medidas de prevención
Controlar el buen funcionamiento de los calefactores de la vivienda y que la salida de gases no esté obstruida.
Realizar las instalaciones de los artefactos a gas por un gasista matriculado.
Dejar una ventana entreabierta mientras funciona el artefacto de calefacción, para tener ventilado el ambiente.
No dejarlos prendidos durante la noche sin supervisión.
Controlar la llama de los mecheros sea azul, ya que si es amarilla la combustión está generando monóxido de carbono.
Qué hacer ante la presencia de síntomas
Siempre sospechar la intoxicación por monóxido de carbono cuando están presentes los síntomas, sobre todo si son varias personas que tienen los mismos síntomas en una misma casa.
No subestimar los síntomas sobre todo si vivimos solos/as en la casa.
Salir a un espacio abierto para respirar aire fresco.
Apagar el sistema de calefacción, cualquiera sea, abrir puertas y ventanas y salir de la casa.
En caso de ser necesario, concurrir al centro de salud u hospital más cercano para atención médica o activar el sistema de emergencias (107).