En las escuelas primarias del cuartil (25%) más pobre, el 31% de los docentes son suplentes, mientras que este valor baja al 19% en el cuartil (25%) más rico: hay una diferencia de 12 puntos porcentuales entre ambos segmentos socioeconómicos. Los maestros suplentes son aquellos que cubren los puestos de docentes titulares o interinos que se ausentan de forma temporal por alguna licencia, sea por enfermedad, maternidad, cargos de mayor jerarquía, estudio o examen, entre otros motivos posibles.
Los datos surgen del informe “Cargos y suplencias docentes en el nivel primario”, del Observatorio de Argentinos por la Educación, con autoría de Martín De Simone (Banco Mundial), Martín Nistal y Leyre Sáenz Guillén (Observatorio de Argentinos por la Educación). A partir de los resultados del cuestionario a docentes de Aprender 2023 y del Relevamiento Anual 2023, el informe describe la proporción de docentes según su cargo (titulares, interinos o suplentes) en el nivel primario, y analiza la proporción de suplentes por sector de gestión, rango etario y cuartil de nivel socioeconómico de los estudiantes. Estos datos muestran parcialmente la problemática, ya que no siempre una licencia de un docente genera suplencia, y en Argentina solo hay datos sobre suplencias, pero no sobre la cantidad de licencias docentes ni sus razones.
En todo el país el 28% de los docentes de 6° grado son suplentes. Las cifras más altas están en La Rioja (60%) y Entre Ríos (50%), mientras que las más bajas se encuentran en Jujuy (15%), San Luis (16%) y Salta (16%). La evidencia reseñada en el informe señala que tener docentes suplentes puede impactar de manera negativa en el aprendizaje, sobre todo cuando implica una interrupción de la continuidad pedagógica.
A nivel nacional, la mayor proporción de docentes suplentes se da en las escuelas primarias a las que asisten los estudiantes del cuartil de nivel socioeconómico más bajo. En 19 jurisdicciones la proporción de docentes suplentes es mayor en las escuelas del cuartil más pobre que en las del más rico. En cambio, esta brecha no se verifica en La Rioja, Entre Ríos, Salta, San Luis y Jujuy.
Las mayores desigualdades en la proporción de suplencias entre sectores socioeconómicos se dan en CABA (donde la diferencia es de 30 puntos porcentuales) y Neuquén (con una diferencia de 24 pp entre ambos extremos). Lo contrario sucede en San Luis y Jujuy, donde las escuelas de los cuartiles más ricos tienen una mayor proporción de docentes suplentes que las escuelas con estudiantes de menores recursos.
“Las suplencias son fundamentales para asegurar la continuidad educativa cuando los maestros titulares no están presentes. Sin embargo, cuando las suplencias se utilizan con regularidad y cuando hay una alta rotación entre docentes titulares y uno o varios suplentes, el aprendizaje se puede ver afectado”, explica Martín De Simone, especialista en educación del Banco Mundial. Y agrega: “Es necesario diseñar políticas que tiendan a reducir los niveles de ausentismo, y asegurar que las suplencias se implementen con el objetivo de minimizar los costos en el aprendizaje. Las suplencias inmediatas (en contraposición con las que requieren varios días de ausencia) y las que minimizan las rotaciones entre docentes son, a priori, más efectivas en el logro de ese objetivo”.
En todas las provincias –excepto San Luis– hay una mayor proporción de docentes suplentes en el sector estatal que en el privado. La provincia con mayor porcentaje de suplencias en el sector estatal es La Rioja (62%); la proporción más alta en el sector privado se encuentra en Entre Ríos (44%). Los menores porcentajes de suplentes se encuentran en San Luis (15%) y Jujuy (15%) para el sector estatal, y en Tierra del Fuego (6%) y Córdoba (6%) para el sector privado.
Los datos muestran que hay mayor cantidad de docentes suplentes jóvenes, y que a mayor edad del docente el porcentaje de suplentes disminuye. Los docentes más jóvenes (20-25 y 25-30 años) tienen la mayor proporción de suplencias, con un 63,6% y un 52,5% respectivamente, lo que sugiere que tienen menos estabilidad laboral. Por otro lado, los docentes mayores (50-55 y 55-60 años) muestran una menor proporción de suplencias, con un 12,4% y un 8,8% respectivamente, lo que sugiere una mayor estabilidad laboral y una consolidación de su carrera.
Cecilia Veleda, especialista en Educación y consultora del Instituto Internacional del Planeamiento Educativo de la UNESCO, afirma: “El ausentismo de los docentes es un tema central porque atenta contra el preciado tiempo de clases junto con otras causas, como el ausentismo de los estudiantes, los problemas de infraestructura o los paros. Sin una cantidad mínima de horas y continuidad del docente con su grupo de estudiantes, el aprendizaje se ve seriamente comprometido. El primer paso para enfrentar el tema es contar con información precisa, cosa que no ocurre en la mayoría de las provincias”.
“Creo que el sistema de licencias que rige en el estatuto del docente de la provincia debería ser más estricto ya que genera un excesivo movimiento de docentes suplentes en cargos de interinos y titulares licenciados por diferentes motivos. Los alumnos son los principales afectados, ya que a esta situación de tener varias suplentes en un mismo ciclo lectivo se suman las futuras docentes que están haciendo su residencia y deben completar su trayectoria formativa en diferentes escuelas asociadas”, plantea María Arazunu Martínez, formadora de docentes de nivel primario y profesora universitaria en Corrientes.
Sara Frutos, profesora de Letras y ex vicerrectora del Instituto Libre de Segunda Enseñanza (ILSE) de la UBA, sostiene: “Todos los que somos docentes empezamos la carrera con un cargo suplente. Tomar una suplencia es la puerta de entrada al aula, que nos permite generar experiencia y las primeras reflexiones sobre la práctica, pero es distinta esa entrada si la suplencia es en el sector privado o en el estatal. Las suplencias en el sector privado se consiguen por referencias o contratación directa, ya que solo en pocas escuelas se concursa por el cargo. En el sector estatal, la asignación de cargos suplentes o interinos es más compleja. El hecho de que cada escuela en el sector estatal no pueda elegir a sus maestros, ni adaptar los tiempos de las suplencias al calendario escolar, dificulta la conformación de equipos escolares y, seguramente, también la calidad de la enseñanza y aprendizaje”.
“Sabemos que la estabilidad (o inestabilidad) laboral docente se relaciona directamente con la calidad de los aprendizajes de los alumnos. La realidad de las suplencias docentes acucia cada vez más en el nivel primario. Existen muchas suplencias cortas y otras que duran varios meses. Los docentes que cubren suplencias largas atienden a sus alumnos con la misma responsabilidad de un titular. Pero frente al fenómeno de las suplencias cortas, los equipos directivos se ven en la necesidad de articular diferentes estrategias institucionales para que los alumnos continúen con sus aprendizajes de la mejor manera posible. Los datos del informe invitan a reflexionar sobre la urgencia de ofrecer una mayor estabilidad laboral docente”, señala Mónica Prieto, docente de la Escuela de Educación de la Universidad Austral.
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