Las fuentes de energía renovables son el futuro, pero resta mucho trabajo por delante
El cambio de paradigma ya comenzó, pero falta mucho tiempo. Las fuentes de energía renovables son el futuro, dado que, en comparación con otro tipo de generadores, su impacto es muy bajo y hacen uso de un bien que se renueva con el tiempo. El carbón, el petróleo o el uranio son ejemplos de bienes no renovables, mientras que el viento o la luz solar sí lo son. Pero la tendencia hacia un cambio radical es lento y progresivo.
Sin embargo, surgen interrogantes: ¿Estamos trabajando para que las energías renovables supongan el 100% del mix energético? ¿Cuánta de la potencia mundial viene de las energías renovables?
Una de las preguntas que se suele hacer la gente es si se puede vivir únicamente de las fuentes renovables, cita el portal especializado Nobbot. La respuesta es que sí, usando un mix de ellas, del mismo modo que se utiliza un mix de energía de todo tipo en la actualidad; aprovechando las ventajas de cada una en cada ámbito.
Energía geotérmica, para calefactar o refrigerar espacios, también la biomasa. Dicho de otro modo, como climatizador hacia el confort. Aunque es cara de implantar, una vez construidas las cañerías podemos aprovechar el calor y frío del interior del suelo para templar nuestra vivienda. Puede aprovecharse de día y de noche.
Energía solar, probablemente la más importante y con mayores tasas de abaratamiento, se acopla perfectamente a la demanda de los picos de consumo y puede ser instalada en cualquier lugar del globo; así como en cualquier lugar de la ciudad: suelos, paredes, tejados, etc.
Energía eólica, usada ya en siglos pasados para moler grano, hoy día nos genera electricidad para alimentar nuestras ciudades y nuestros coches. A partir de una cota de 15 metros (aproximadamente) todas las regiones del globo tienen corrientes aprovechables, y el viento sopla a todas horas del día.
Energía maremotriz, con una localización ideal debido a que la mayor parte de los entornos urbanos del mundo se encuentra en la costa; y es buena idea acercar consumo a generación. Sigue siendo una tecnología en desarrollo, pero con un potencial enorme.
El problema de estas fuentes primarias es el almacenamiento de energía, muy costoso hasta el momento. Pero es aquí donde entra la hidráulica.
Energía hidráulica, que, aunque tiene un coste ambiental significativo en su construcción (los pantanos), se convierten en reguladores de potencia magníficos, abriendo las exclusas cuando sea necesaria un plus de energía; e incluso remontando el agua cuando tengamos excedente para usarla luego, convirtiéndose así en “baterías” de agua.
Hoy, por ejemplo, los países que menor dependencia de combustibles fósiles tuvieron en 2015 fueron Dinamarca (4%), Estonia (17%), Rumanía (25%) y Polonia (32%). Para comparar, España tuvo ese año un 74% de dependencia en combustibles fósiles.
Por desgracia, una visión planetaria no es demasiado esperanzadora. Al menos no tanto como en zonas punteras, como California, que el 13 de mayo de 2017 consiguió el pico del 67,2% de consumo renovable.
China es otro de los países que más energía hidráulica instala, con un 27,9% del pastel mundial en 2015 según el informe Energías renovables 2016: reporte de la situación mundial. Aquel año la capacidad mundial en energía hidráulica alcanzó los 1.064 GW de potencia.
El cambio ya comenzó, pero falta tiempo, mucho tiempo.