Lo advirtió la Asociación de Medicina Respiratoria. En 2015 se incrementaron un 0,4 por ciento; y en 2015, un 5,9 por ciento. Una de las causas principales es que la bacteria se ha hecho resistente al medicamento.
La tuberculosis, una enfermedad que se subestima y que no pocos creen desaparecida, registró un aumento de casos en la Argentina en 2015 y en 2016; tendencia que, se cree, habría continuado el año pasado.
En 2015, el incremento de la incidencia fue del 0,4 por ciento, mientras que en 2016 llegó al 5,9 por ciento. La mitad de los casos correspondió a personas de entre 20 y 45 años.
De acuerdo con lo informado por la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), el aumento se asocia a factores como el hacinamiento en las grandes ciudades, la vulnerabilidad, la dificultad en el acceso a la salud. Se agrega también una causa determinante: la resistencia bacteriana, es decir, la pérdida de efectividad de los medicamentos por mal uso.
La tuberculosis es causada por el bacilo Mycobacterium tuberculosis o bacilo de Koch (BK), que se transmite de persona a persona por tos, por estornudo o simplemente por hablar. Los bacilos pueden quedar suspendidos en el aire, y un individuo sano puede aspirarlos.
Es posible que una persona tenga el bacilo, pero en forma latente, durante muchos años. Sin embargo, la enfermedad puede aparecer ante una depresión del sistema inmunológico, algo ocasionado por otras enfermedades, por estrés o por embarazo, por ejemplo.
“La tuberculosis aumentó en el mundo. Esto está asociado a diversos factores. El primero fue el VIH, la inmunodepresión hizo que se incrementara la tuberculosis pulmonar, esto se vio en forma notable en Estados Unidos, donde había desaparecido”, cuenta el infectólogo Gustavo Martínez, coordinador del Comité de Control de Infecciones y uso racional de antibióticos.
“La multirresistencia a drogas específicas es otro factor –añade–. Tratamientos que no se completan en tiempo y forma hacen que el bacilo de la tuberculosis se haga resistente a los medicamentos. Hay pacientes que prácticamente no tienen tratamiento efectivo. En América latina, los países más comprometidos son Haití, Perú y Bolivia, son lugares que tienen problemas con la NDR (sigla que hace referencia a la resistencia a las drogas de tuberculosis). Los infectólogos tenemos la advertencia de que, si recibimos pacientes con tuberculosis adquirida en esos países, tenemos que hacer un cultivo y un análisis para ver si es multirresistente o no”, continúa.
“El tratamiento tiene un fin epidemiológico: si el paciente no se trata adecuadamente, es un riesgo para sus convivientes”, concluye.
La tuberculosis puede presentarse en distintos órganos, en el caso de la tuberculosis pulmonar, los síntomas son tos persistente, irritativa o productiva; esputo sanguinolento que puede generar un episodio de hemoptisis (sangre que se expectora); dolor torácico; anemia; falta de apetito; pérdida de peso; cansancio; fiebre, y episodios frecuentes de sudoración nocturna, de acuerdo con lo descrito por la AAMR.