El líder de Aerosmith vive tranquilo alejado de los shows, pero podría volver.
“Crecí con el olor del lago y las sensaciones del bosque. Con 18 años me fui a rockear. Tomaba tantas drogas que creía que llevaba ese lugar conmigo; cada vez que me fumaba un porro me sentía de nuevo en una montaña o bajo el agua entre los peces. Quería recuperarlo”.
Y Steven Tyler alcanzó su objetivo. A los 70 años (los cumplió ayer), el líder de Aerosmith se alejó de las adicciones y de las giras que lo tuvieron como protagonista por medio siglo y se reencontró con el amante de la naturaleza que lleva dentro. Su paraíso es una casa campestre junto a un espejo de agua en el estado norteamericano de New Hampshire. “Ese es el auténtico Steven”, dijo en una entrevista a la agencia DPA.
No hace pronósticos a futuro sobre la música y menos aún sobre el regreso de su grupo a los escenarios. “Nunca se sabe… Ahora hemos vuelto a dar algunos conciertos y a enamorarnos unos de otros. Al principio Aerosmith consistía sólo en fumar hierba, despertar a alguien con nuestra música y peleas en los clubs. Pero me enseñó mucho, y permanecer juntos como grupo durante más de 40 años fue una de las satisfacciones más grandes de todas”, afirmó la voz de clásicos como “I don’t want to miss a thing”, “Crazy” y “Cryin”, entre otros éxitos globales.
Sin embargo, el negocio de la música actual no es del agrado del cantante. “Me mata -explicó-. Estoy harto de todas estas disputas dentro del grupo. Las cosas internas, las discusiones de gestión. Un manager muere, viene otro nuevo. Todo lo relacionado con esto crea problemas”.
Tyler nació en Nueva York con el nombre de Steven Víctor Tallarico, hijo de una secretaria y un pianista clásico. Su primera banda la formó a los 16 años y pronto entró en el camino de las drogas. “Me hacían sentir como si fuera una estrella del rock antes de que lo fuera”, reconoció. Sus dos matrimonios y sus cuatro hijos estuvieron casi en segundo plano. Incluso su hija, la reconocida actriz Liv Tyler, estuvo años sin saber quién era su padre real, aunque ahora la relación entre ambos es buena.
Durante varias temporadas, el cantante formó parte del jurado del reality “American Idol”, lo que potenció su popularidad. Pero el trato con los fans no siempre fue fácil, según admitió. “Depende de cómo te levantas por las mañanas. A veces estás a las 7.30 en el gimnasio, no tomaste ni un café y todo el que te ve dice: ‘Dios mío’. Es como morir picoteado por los pollos”, graficó.