El otoño ya está aquí y, con los días frescos, llegan los platos más tentadores de cada temporada con bajas temperaturas. Si algo de lindo tiene el frío, es la posibilidad de elaborar y degustar platos con los más deliciosos ingredientes. La polenta es una comida práctica y de preparación rápida que puede resultar deliciosa, siempre y cuando, se la elabore con onda. Caso contrario, será insulsa al paladar y ya no querremos probarla en ninguna de sus versiones. Veamos cuatro formas de prepararla para compartir con la familia.
Polenta simple. Necesitaremos una taza de maíz seco para polenta, tres tazas de agua y media cucharada de sal. Primero se pone el agua a hervir con una cucharada de sal, luego se reduce la llama de la hornalla a la mitad y se le agrega un tercio del pote de polenta. Se recomienda revolver con cuchara de madera hasta que se forme una pasta. Recién ahí se agrega el resto de polenta y se revuelve durante unos diez minutos más, hasta que luzca cremosa. Una vez hecha, se le puede agregar salsa de tomate, queso rallado, salchichas, chorizo, carne o verduras con sabor.
Polenta Frita. Para esta versión necesitaremos dos tazas de polenta precocida, una taza de oliva, ¼ de taza con queso parmesano rallado, sal y pimienta. Primero hay que preparar la polenta simple, tal como se indicó anteriormente, luego ponerla en una fuente y, con una espátula intentar que la superficie quede nivelada. Luego se cubrirá la fuente con papel aluminio y se pondrá en el refrigerador hasta que se endurezca (dos horas y media aproximadamente). Una vez fuera del refrigerador, se procederá a cortar la polenta como si fueran pequeños pedazos de torta cuadrados y se pondrán en una sartén caliente con oliva; allí se freirán de ambos lados y, una vez sobre las servilletas de papel, se les pondrá sal, pimienta y queso parmesano rallado. Este mismo procedimiento se puede llevar adelante si, en vez de fritas, se prefieren asadas.
Polenta al Horno. Para esta variedad se necesitarán dos tazas de polenta precocida, aceite de oliva, 1/2 taza de manteca, 1/2 cucharada de tomillo, sal y pimienta. Mientras el horno se calienta, se mezclará la polenta simple con queso mantecoso, tomillo, sal y pimienta. Luego se pasará a un molde, previamente enmantecado, y se introducirá en el horno por unos veinte minutos. Es importante saber que no se pondrá marrón ni dorada. Una vez fuera del horno, se dejará enfriar para luego cortar en porciones.
Polenta con queso. Necesitaremos dos tazas de polenta precocida, una taza de queso para gratinar (cheddar, Parmesano), una taza de leche entera, 1/2 taza de mantequilla, dos cucharadas de perejil picado, sal y pimienta. En una olla mezclaremos la polenta precocida caliente, queso y mantequilla; luego se agregará leche, perejil y especias para servir en caliente.