Como su nombre lo indica, se caracteriza por fatiga y cansancio resultantes de la exposición y manejo excesivo de información. Quien lo padece presenta dolor de estómago, pérdida de visión, problemas de atención y concentración, dificultad para el análisis y la toma de decisiones, búsqueda constante de más información, ansiedad, estrés y trastornos del sueño. Una encuesta realizada hace algunos años por la agencia de noticias Reuters reveló que la saturación de información hace que muchos directivos se sientan estresados y retrasen decisiones importantes.