El titular del organismo, Ralph Haiek, dio por renunciado al encargado de Internacionales, Bernardo Bergeret. Pero éste se niega a dejar el cargo.
La denuncia por los $ 6,5 millones en gastos irregulares detectados en el INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales), por la contratación directa de materiales gráficos para llevar a los principales festivales del mundo, desató un escándalo en el seno de la gestión que encabeza Ralph Haiek. Es que uno de sus gerentes a los que la actual administración decidió desplazar, Bernardo Bergeret, se atrincheró y se niega a entregar la renuncia a su cargo.
Desde la conducción del organismo oficial habían informado que, ante “la maniobra” detectada, dos de sus gerentes renunciaron a sus cargos: el gerente de Relaciones Internacionales, Bernardo Bergeret, que desde hace 13 años ocupa el mismo cargo en el INCAA; y el gerente de Administración, Nicolás Yocca, quien ingresó a ese cargo el año pasado, cuando el Gobierno echó al ex titular del organismo, Alejandro Cacetta, por sospechas de corrupción.
Sin embargo, Bergeret aseguró a Clarín que “en ningún momento” presentó su renuncia. Y agregó: “Por ser un empleado de planta permanente, para tal fin debería concluir el sumario y acreditada la culpabilidad que se me atribuye”.
El gerente de Internacionales del INCAA responsabilizó a la actual conducción de realizar “una manipulación mediática” para desplazarlo de su cargo, en la que primero se informó que lo “cesaban” y luego que “renunció”. “Nada de eso es cierto. Ya vamos viendo quién miente en este tema ahora”, sostuvo Bergeret.
Además, explicó que tuvo dos reuniones para hablar de este tema con Haiek y que en “ningún momento” le pidió su renuncia. “Tengo 76 años y 50 en la industria del cine, así que no me merezco esta situación, porque no hice nada irregular”, dijo Bergeret. Y envió a Clarín numerosos mensajes de solidaridad con su situación de diferentes personalidades, como Luciano Monteagudo, Manuel Tedesco, Esteban Mentasti, Luis Scalella, Thierry Frémaux y Agustín Almodóvar, entre otros.
En las últimas horas, Haiek le envió un mail a Bergeret, donde le planteó que van a “sacar un comunicado oficial detallando los sucesos. Y que como corresponde, te pusiste inmediatamente a disposición y aceptamos tu renuncia al cargo. Espero que esto ayude a aclarar que no somos nosotros quienes para dictaminar tu culpabilidad, ni se te echó (lo cual es técnicamente imposible a un empleado de planta permanente); pero si sos el Responsable Directo de la maniobra no podés seguir siendo el gerente de internacional” del INCAA, le dijo Haiek a Bergeret.
Desde el área de Prensa del organismo oficial plantearon que este lunes saldrá una Resolución aceptando la renuncia de Bergeret, que fue supuestamente “puesta a disposición” el jueves pasado y “aceptada” por la conducción del INCAA. Habrá que ver cómo se implementa esa medida, ya que Bergeret sostuvo, “parafraseando al Béranger de Ionesco: ‘No capitularé'”.
Junto con la renuncia de Yocca y el intento de desplazamiento de Bergeret, la actual gestión presentó la denuncia ante la Oficina Anticorrupción y le rescindió el contrato a una abogada, suspendió por 30 días a un funcionario de segundo nivel y trasladó a un empleado administrativo, mientras se sustancia un sumario administrativo, para deslindar responsabilidades.
También se resolvió suspender los “pagos pendientes” y las “órdenes de compra” a cinco empresas proveedoras: Gráfica Paysandú, Item 54, Visual Communications, Hidden Castel y Print Forms, “hasta que concluyan las averiguaciones administrativas pertinentes”, según figura en la Resolución del INCAA, firmada la semana pasada por Haiek.
El caso surgió por una denuncia anónima que empezó a circular el 11 de mayo, donde se mencionaban expedientes concreto del INCAA, con gastos por $ 6.487.600, entre enero y abril de este año, en afiches, trípticos, postales y todo tipo de merchandising que se llevaba a los festivales, con cantidades “infladas”, sin pasar por el área de Legales del organismo oficial y que se facturaban adrede por montos menores a $ 500.000 para evitar los llamados a licitación.
Por ejemplo, se detectó que había contratado la impresión de 20.000 trípticos para distribuir en los festivales de Cannes y Berlín, entre otros, “cuando todos sabemos que no hay manera de entregar más de 5.000 folletos en esos festivales”, dijo una alta fuente del INCAA, que promueve el desplazamiento de Bergeret. “Ni siquiera controló que efectivamente se hubieran entregado esos 20.000 trípticos”, añadió.