Mejor partido no podría haber sido el primero de la final de la NBA. En Oakland, ganó Golden State por 124 a 114 contra Cleveland, pero fue un festival para los aficionados al básquetbol en general (salvo los de Cavaliers, claro). Hubo altísimo nivel, jugadas magistrales, grandes duelos de figuras, controversias, golpes, remontadas, errores cruciales y mucha paridad, hasta el punto de derivar en un tiempo suplementario.
Fue la batalla de un Golden State basado en su triplete de estrellas, el de Stephen Curry (29 tantos), Kevin Durant (26) y Klay Thompson (24), y un coloso ya de todos los tiempos, LeBron James, que totalizó 51 puntos (49 en el tiempo regular), 8 rebotes y 8 asistencias y durante algunos momentos, principalmente el cierre del último cuarto, pareció dominar a voluntad en el ataque, lleno de recursos.
Pero el séptimo encuentro en finales con 40 o más tantos de El Rey -superó a Michael Jordan y está a tres de Jerry West, dueño del récord- no le alcanzó a Cleveland, que no tiene plantel como para acompañar a su superestrella; apenas Kevin Love se destacó, con 21 puntos y 13 recobres, pero no mucha efectividad ofensiva. Tras el 107-107 al cabo de los 48 minutos, en el período extra Golden State barrió a su adversario (17-7), cuando LeBron, quizás cansado a sus 33 años y cargado con 46 intensos minutos de acción, no fue tan arrasador en cada ofensiva.
El número 23 se enojó con su compañero J. R. Smith cuando este capturó la pelota en el cierre del tiempo regular y, a falta de 4 segundos, la retuvo en vez de pasarla a un compañero para que lanzara; el alero creía que Cavaliers estaba al frente, cuando en realidad había igualdad en 107. Fue la gran oportunidad de Cleveland de robar la ventaja de localía, que Golden State conservó con sufrimiento.
El visitante llegó a ir ganando por 11 puntos en el segundo cuarto; Curry empató en el cierre de la primera mitad con un triplazo de unos 10 metros y derrotando a la chicharra. Luego, aunque no contó con Andre Iguodala (lesión en el isquiotibial izquierdo), se escapó Warriors, hasta que James apareció con su repertorio de penetraciones, triples y volcadas. Con el correr de los minutos, el enfrentamiento fue tomando temperatura, como cuando Draymond Greene puso una mano en la cara de LeBron, una falta intencional según los jueces.
Los referís fueron parte de la polémica, con cobros discutibles, incluso revirtiendo uno que podría haber casi definido un triunfo de Cleveland (infracción de Durant a James, luego invertida). Ya en la prórroga, con la victoria encaminada para Golden State, se trenzaron en un forcejeo Tristan Thompson y el díscolo Greene, al que el pivote de Cleveland, que fue expulsado, invitó a pelear fuera de la cancha.
En ese sentido el desenlace fue deslucido para un partidazo que llenó de básquetbol los ojos. La organización y el público desean que se replique este domingo, cuando Warriors y Cavaliers sostengan el segundo capítulo, a partir de las 21, nuevamente en California. Cleveland también lo anhela, salvo por el resultado final.
La agenda y la televisación
El resto de la serie tendrá lugar en los siguientes días y horarios: miércoles 6 de junio a las 22, en Ohio; viernes 8 a las 22 en Ohio; lunes 11 a las 22 en Oakland; jueves 14 a las 22 en Ohio, y domingo 17 a las 21 en Oakland. Los tres últimos juegos son condicionales, según el resultado de la serie. Todo el cruce será transmitido por ESPN.