Las empresas dijeron que fue positiva, pero no pudieron concretar acuerdos. La feria de Tailandia fue la nota baja del viaje.
Ninguna de las diez empresas que integraron la comitiva de Santa Fe al sudeste asiático pudo anunciar acuerdos concretos. Tal vez eso resuma mejor que nada el resultado con sabor a poco que dejó la misión comercial a Tailandia y Vietnam que encabezaron tres gobernadores, y que no tuvo el éxito que se preveía en la previa. Aunque las palabras más repetidas para evaluar los resultados sean “positiva y enriquecedora”, y se mencione como atenuante que durante este tipo de gestiones casi nunca se cierran negocios, sino que se abren puertas a futuro, es probable que el mejor aporte después de ocho días de contactos sea tener más claro todo lo que hay que cambiar.
El primer cuestionamiento recae sobre el Consejo Federal de Inversiones (CFI), que organizó con esta ya 12 misiones de la Región Centro y 300 en total, pero parece que no logra todavía ajustar la mecánica para elegir los destinos. Si bien su titular, Juan José Ciácera, asumió la responsabilidad de haber convencido a los mandatarios de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos de viajar a Tailandia y Vietnam por los extraordinarios crecimientos económicos que vienen teniendo esos países, quedó claro que no fue la mejor decisión.
De ahí que le costara tanto a Santa Fe armar esta comitiva. “Sólo dos empresas de la provincia vinieron decididas, al resto hubo que convencerlas y pedirles que acompañen”. El comentario se filtró cuando las explicaciones ya no eran suficientes para justificar que a una de las mayores ferias de alimentos del mundo, que se caracteriza por mostrar y comercializar productos, se trajera a empresas que pueden exportar materia prima. Una feria que hubo en China en mayo hubiera sido mejor opción.
También resultó llamativo que, a diferencia de los otros casi dos mil stands de la Thaifex, como en la ronda de negocios de Ho Chi Minh, Argentina no pudiera mostrar productos como sí lo hicieron el resto de los países, y se limitara a mostrar folletos e intercambiar tarjetas. Al parecer, una indicación del CFI fue la que impidió ese cometido.
Al final de las actividades, varios empresarios se encargaron igual de sostener la parada y valoraron que Santa Fe salga a vender sus productos, así como la posibilidad de mantener contactos directos con sus potenciales clientes, o lo útil que es darse a conocer para favorecer venideros acuerdos comerciales. “Futuro” y “potenciales clientes” no faltaron en ninguna frase de cierre.
“Que no se corte”
También advirtieron otras cuestiones más domésticas. Una fue que sería importante que este contacto a nivel gubernamental que pudieron tener en Tailandia, sobre todo con el gobernador, “no se corte y en Santa Fe quede como una anécdota de viaje”. Aunque parezca paradójico, muchos de ellos valoraron más la cena a solas que tuvieron con Miguel Lifschitz a tantos kilómetros de distancia, que el resto de la actividad.
Demandaron además que será necesario hacer gestiones ante el Estado nacional para resolver algunas trabas burocráticas, y que resultará indispensable contar con créditos para inversiones si en serio se quiere favorecer las exportaciones.
Una barrera concreta para quienes exportan carne es el arancel cero que tiene ese producto que abastece a esta región asiática desde Australia, cuando Argentina tiene uno del 15 por ciento. Si eso no se resuelve, será difícil competir en otros mercados.
Desplante
El secretario de Industria de Santa Fe, Emiliano Pietropaolo, tuvo la responsabilidad de llevar adelante la representación de la provincia en ausencia del gobernador. El joven funcionario se movió con solvencia, aunque tuvo que sufrir el desplante de la política nacional, que nunca falta. Lo sentaron a un extremo de la mesa de cabecera en la inauguración de la ronda de negocios en Ho Chi Minh.
Para el secretario santafesino, la mejor jornada de la gira fue el último día con la ronda de negocios en Ho Chi Minh. Desfilaron 130 importadores de Vietnam y se sostuvieron más de 500 reuniones de negocios, a un promedio de 15 por empresa. En el resultado de esos encuentros están centradas las mejores posibilidades.
Más de Entre Ríos y Córdoba, menos de Santa Fe
El último día de la misión comercial a Vietnam afloraron las miserias de la política autóctona. El que la sufrió en carne propia fue el secretario de Industria de Santa Fe, Emiliano Pietropaolo, quien a pesar de ser el representante de la provincia en la mesa de cabecera, quedó en un extremo, casi fuera de escena. Fue en un extraño acto de apertura de la ronda de negocios de las 31 empresas de la Región Centro, donde los funcionarios hablaron casi por una hora, mientras los empresarios no les prestaban atención y avanzaban repartidos en mesas individuales en sus contactos para intentar negocios.
En esos encuentros también faltaron los productos argentinos, aunque algunos lograron presentar pequeñas muestras. Pero mientras las charlas, con intérprete de por medio arrancaron, en una larga mesa que presidía el salón se ubicaron tres representantes de Entre Ríos, y otros tantos de Córdoba, pero sólo uno de Santa Fe. El titular del Consejo Federal de Inversiones (CFI), el embajador de Argentina en Vietnam, Juan Carlos Valle Raleigh, y el vicegobernador entrerriano hicieron los discursos de rigor, mientras que la vicedirectora de la Agencia de Promoción Comercial de Vietnam, Bui Thann An, les dio la bienvenida.
Cada uno pasaba al micrófono y decía lo suyo. El que parecía estar ya en campaña (sería candidato a intendente de Paraná) fue el vicegobernador entrerriano Adan Bahl, que hizo una larga alocución y después pidió que lo grabaran cuando los medios locales lo entrevistaron, como máxima autoridad de los visitantes. En el otro lado de la mesa lo acompañaban otros coterráneos, incluido un intendente, el de Concepción del Uruguay, que formó parte de la comitiva.