Su actual estado físico no tiene que ver solamente con su buena genética, también con mucho esfuerzo. En una entrevista, la actriz contó lo poco que come para mantenerse esbelta y dejó a todos sorprendidos.
Si algo caracteriza a Jennifer Aniston es que, con cuatro décadas a cuestas, sigue teniendo el cuerpazo de los 20. Es una de las actrices más aplaudidas de Hollywood y, pese a que se confesó incapaz de seguir entrenamientos y dietas, en una reciente entrevista contó cómo se cuida para lucir esbelta.
“Cuando me levanto, tengo agua tibia con limón y luego un batido o palta y huevos, que es uno de mis favoritos”, confesó y continuó: “Esparzo un poco de aceite de coco sobre eso. Algunas veces como cereal mijo inflado con un plátano o avena con una clara de huevo batida al final. Justin, (su ahora exmarido) me enseñó ese pequeño truco para obtener proteínas adicionales. Justo antes de que la avena se termine de cocinar, se agrega una clara de huevo y de alguna manera se obtiene una textura suave y deliciosa”, explicó.
Para la hora del almuerzo, Aniston opta por una porción de “vegetales cocidos o ensalada con proteínas básicas” y sus cenas tienen la misma composición.
Además, acompaña su alimentación saludable con 10 minutos de meditación diarios y reconoce que adora las clases de yoga de la entrenadora Taryn Toomey. “Es una sesión de meditación intensiva que tiene resultados terapéuticos y físicos. Las clases duran 75 minutos”, explica la exprotagonista de Friends.
Cuando no tiene ganas de entrenar, hace ejercicio en su casa: realiza 45 minutos de caminata en la cinta, en intensidad alta.
Además, reconoce que toma unos batidos repletos de nutrientes… “Normalmente mezclo proteínas con plátanos, arándanos, cerezas congeladas, stevia, maca en polvo y un poco de cacao. Me encanta sumar un péptido de colágeno al batido, porque consigue que mis uñas estén mucho más fuertes y saludables”, asegura al portal Well and Good.
Como dice el dicho: “Para estar bella hay que sufrir”. Y Anniston, lejos de los pochoclos y la cerveza que consumía Rachel Green, admite que casi nunca come hamburguesas o comidas que tengan grasas salvo, de vez en cuando, algún plato de pastas.