Si sale, el Senado puede votarlo en el recinto una semana más tarde aunque se espera que primero haya un debate previo. Si no se vota la despenalización, se podrá tratar de nuevo el año que viene. Todas las opciones.
Con una votación abierta, y frente a un debate maratónico, el proyecto de ley para interrupción voluntaria del embarazo tiene por delante todavía un trámite largo.
No será igual, claro, si en las próximas horas la Cámara de Diputados aprueba el proyecto o si lo rechaza. Ante cada situación, se abre un camino establecido por la Constitución Nacional.
1. Aprueba Diputados.
El presidente de la Cámara baja, Emilio Monzó, informa al Senado sobre la sanción. Debe pasar una semana antes de que tome estado parlamentario en la Cámara alta que podría, si decidiese un tratamiento express, discutirlo en el recinto dentro de ocho días. No es lo que ocurrirá. En Diputados, el debate en comisiones se extendió durante dos meses y medio e incluyó 723 exposiciones. Aunque no hay hoja de ruta definida, el proyecto podría llegar a votación en septiembre.
2. Rechaza Diputados
El artículo 81 de la Constitución señala que si un proyecto es rechazado por alguna de las dos cámaras (si haber sido aprobado previamente por la otra), queda fuera de agenda y no puede volver a tratarse dentro del período legislativo en curso. Es decir: si Diputados no lo aprueba, el proyecto de legalización del aborto, quedará pendiente para el año próximo.
3. Diputados aprueba pero Senado rechaza.
En este caso, se aplica también el artículo 81 y el proyecto (o la temática) no puede abordarse en la discusión parlamentaria hasta el ejercicio siguiente.
4. Diputados aprueba, Senado aprueba.
Se convierte en ley pero debe ser reglamentado por el Poder Ejecutivo. En ese caso, existe el instrumento del veto que permite al Presidente rechazar total o parcialmente lo aprobado por el Congreso. Mauricio Macri anticipó que respetaría la decisión de los legisladores.
5. Diputados aprueba, Senado modifica.
Si el proyecto sale aprobado de Diputados, puede ser aprobado con correcciones o modificaciones por el Senado. Ese texto debe, entonces, volver a la cámara de origen (en ese caso diputados) donde se vuelve a debatir y votar.
En ese caso, la Cámara baja puede por mayoría simple aprobar el proyecto tal como lo reescribió el Senado o, con mayoría especial, insistir con la redacción original.