El envejecimiento de la población es resultado de un proceso demográfico motivado por el mejoramiento de las condiciones de vida, particularmente en materia de salud y alimentación. Actualmente, en el mundo hay más de 600 millones de personas de más de 60 años y para el 2050 se espera que dicha cantidad se haya más que triplicado, sumando 2,000 millones de seres humanos con esa edad.
En Argentina la esperanza de vida promedio actualmente ronda los 76,6 años, pero sabemos que hay abuelos que superan dicha edad, sobre todo en nuestra región
El estado nutricional es un factor que está directamente relacionado con la calidad de vida en este momento biológico, ya que es frecuente la disminución del consumo de alimentos diarios y esto lleva a un déficit de nutrientes y energía que puede afectar la salud y provocar complicaciones de las diferentes enfermedades que padecen nuestros abuelos.
Hay muchos factores que contribuyen negativamente con la alimentación en esta etapa, como la falta de piezas dentarias, las patologías concomitantes, el aislamiento social, invalidez física para actividades cotidianas, la perdida de la pareja o familiares, la soledad que lleva a un desinterés por la comida y por preparar alimentos, entre otras cuestiones.
Los aspectos más importantes para la nutrición de los adultos mayores son:
Las preparaciones deben ser con sabores y aromas agradables, que estimulen el apetito. Siempre y cuando no haya alguna enfermedad que lo prohíba, se pueden utilizar condimentos aromáticos (laurel, orégano, albahaca, canela, tomillo, perejil, etc.).
La alimentación debe ser variada, que contenga alimentos de varios grupos, como lácteos, carnes, cereales, frutas y verduras principalmente. De esta manera nos aseguramos un aporte de todos los nutrientes. En caso de que no se pueda consumir alguno por patologías, se podrá recurrir a suplementos que indique y considere el médico de cabecera.
Si hay problemas de dentición, es de suma importancia adecuar las consistencias: blandas, semisólidas, semilíquidas y liquidas, que exijan poca masticación. Se pueden procesar, licuar, pisar y/o picar los alimentos más sólidos.
Es frecuente que los abuelos realicen 2 o 3 comidas al día, en este caso se deberá promover a que consuma al menos 4 comidas, con volúmenes pequeños.
Si acostumbra a desayunar o cenar solo mate, té o mate cocido, debemos complementarlo con leche, galletitas o panes con quesos, mermeladas de frutas, tartas dulces o saladas, bizcochuelo, etc.
Muchos adultos mayores padecen de intolerancia a la lactosa, en ese caso se puede optar por leche deslactosada o yogur, para tener un aporte de calcio de mayor biodisponibilidad.
Deben consumir al menos 2 frutas por día, ya sea solas, ensaladas de frutas, compotas, licuados, etc.
Para el consumo de verduras podemos optar por ensaladas crudas o cocidas, tortillas, sopas, guisos hervidos, puré de verduras, etc. al igual que las frutas, éstas aportan fibra, que es importante debido a que la mayoría de los ancianos padecen de constipación, por un bajo consumo de ellas y poca o nula actividad física.
Deben consumir grasas buenas, a través de aceite de oliva y/o canola, por ejemplo.
La hidratación es fundamental, si bien es una población a la que le cuesta muchas veces tomar agua, deben consumir al menos 6 vasos por día.
Cuidemos a nuestros abuelos, ayudándolos a alimentarse mejor y, sobretodo, brindándoles cariño y compañía, que son factores muy importantes para mejorar su calidad de vida.
Lic. Romina Krauss-Nutricionista
M.P. n°147