El objetivo es claro: dar esta semana una muestra al mercado sobre la decisión política de reducir el “circulante” de Lebac , descomprimir la demanda de dólares y dar nuevas opciones a los no residentes para mantener sus carteras dolarizadas con nuevas letras.
De ahí que se convocará hoy a un anuncio para presentar las nuevas letras en dólares, que se van a poder suscribir en pesos, en dólares o con Lebac. Se estima que la licitación atraerá un monto de entre US$2000 y US$2500 millones y será efectiva desde mañana, cuando en Hacienda hayan completado todos los trámites necesarios.
“Para nosotros es superimportante, porque se sigue desarmando la ‘bola’ de Lebac y se da una posibilidad a los no residentes de un swap -canje- por el que pueden dolarizar sus carteras sin poner presión a las reservas”, describió una alta fuente del gabinete. Y agregó: “A su vez, el Tesoro se queda con las Lebac y completa el financiamiento necesario. Además, mejora el balance del Banco Central”, se entusiasmó la misma fuente, que trabajó contra reloj durante todo el fin de semana. Se estima que hoy el stock de Lebac en manos de extranjeros equivale a unos US$4000 millones.
Desde los tiempos de Luis “Toto” Caputo al frente del Ministerio de Finanzas existía la vocación de avanzar en una señal de este tipo, ya que la teoría de Caputo es que es una medida imprescindible para avanzar en una mayor estabilidad cambiaria y evitar que tenedores extranjeros puedan desestabilizar el mercado local del dólar.
Durante esta semana, el ahora presidente del Banco Central continuará también con las subastas diarias de dólares por más de US$100 millones, y se estima que podrían ser aun mayores si el tipo de cambio superara los valores esperados por la entidad. De hecho, fue lo que pasó el jueves y el viernes pasados, cuando colocó US$150 millones.
“No es una medida más la que se tomará esta semana, sino que es clave para empezar a dar mayor previsibilidad al tipo de cambio y también a los mercados internacionales. Está en línea con otra jugada paralela que se producirá y es la suba de encajes por parte del Central”, comentó otra alta fuente del sector financiero.
En el equipo de Nicolás Dujovne como ministro coordinador del gabinete económico el foco político pasa por dar un marco más previsible para el dólar. “Se trata de una jugada combinada: desarmar Lebac, pero también hacer menos volátil el dólar”, admitió una fuente del Palacio de Hacienda.
El debate por el devenir de la moneda estadounidense aumentó en frecuencia y foco dentro del gabinete sobre todo por el impacto que tiene en los precios. El objetivo, aunque no lo dicen públicamente, es que no supere los $30 en el corto plazo.
El cierre del viernes no conformó a los principales miembros de la administración Macri. El valor del dólar marcó un nuevo récord en la plaza local, al cerrar a $29,57 en promedio para la venta al público, tras rozar los $30, en una jornada en la que el mercado pareció querer recordarle al Gobierno que la corrida no terminó y cuando la propia ala política admite que tendrán indicadores complejos durante el próximo trimestre. Se produjo también una nueva caída del 3% en la Bolsa porteña (yendo a contramano del resto de las bolsas), para elevar al 14% sus pérdidas en la semana pese a su reciente recalificación. La otra noticia que impactó con fuerza fue la retracción del 2,3% en los bonos de la deuda argentina más operados en el exterior, lo que elevó su rendimiento hasta el 9,5% e impulsó el riesgo país a 613 puntos, su mayor nivel en tres años.
El máximo nominal para el tipo de cambio, que llevó la devaluación al 3,1% el viernes y la amplió al 15,8% en el mes, al 42% en el bimestre y al 52,5% en lo que va de 2018, confirma que el peso es hoy una de las divisas más depreciadas del mundo.
Varias son las razones que explican por qué la economía argentina pasó de disfrutar del viento de cola a sufrir el viento de frente, aunque solo un puñado justifican la actitud de los inversores financieros. El déficit fiscal alto, combinado con un mercado de capitales chico, más una elevada exposición al endeudamiento aparecen como las principales explicaciones. Aunque es cierto también que la mejora de la calificación de MSCI de considerar a la economía local como una emergente y no de frontera ayudará en los próximos meses a mejorar el ecosistema.
El tema del déficit no es menor en la Argentina. Como resumió Ariel Coremberg, director del Centro de Estudios de la Productividad de la Universidad de Buenos Aires, en diálogo con LA NACION, como no se puede ajustar el déficit subiendo impuestos o bajando el gasto, el ajuste lo hace el mercado, de una manera negativa: licúa la deuda pública subiendo el tipo de cambio. “Por eso se termina devaluando acá más de la cuenta. Hay que recordar además que la Argentina tiene 25 puntos de tasa de inflación durante más de diez años, mientras que el resto de la región no”, afirmó. Frente a un sistema financiero local de bajo volumen, el financiamiento externo aparece como la única salida de corto plazo y se vuelve más complejo en un contexto de turbulencias internacionales.
La semana que hoy comienza no será una más para el equipo económico y el Central. El lanzamiento de estas letras asoma como un nuevo plan B para frenar una corrida cambiaria que generó la salida del expresidente del Banco Central Federico Sturzenegger.