Los “verdes” pretenden un mayor lugar en la Plaza del Congreso; los “celestes” irán a la quinta de Olivos.
La votación en el Senado de la ley de interrupción voluntaria del embarazo promete ser histórica. Los sectores a favor y en contra del proyecto llevan adelante sus planes de acción: festivales, paneles, actividades y recorridos por las provincias. “Militancia 2.0” a través de las redes sociales y grupos de WhatsApp para articular cada paso. El movimiento es constante. De ambos lados saben que, cuando falta un mes para la votación, no hay tiempo de descanso. Fuera de los despachos del Congreso, en las calles, se arman estrategias para lograr un impacto en la decisión de los que tienen la oportunidad de pasar a la historia con la aprobación de esta ley.
Pañuelos verdes
El sector que impulsa la despenalización reforzará el uso de los pañuelos verdes como emblema: atado en las mochilas, en la muñeca o en el cuello; llevarlo a la escuela, a la universidad, al trabajo. También se convocará a asistir a los “martes verdes” – día de exposiciones- frente a las puertas del Congreso . El icónico color de la lucha a favor de la legalización del aborto vestirá todas las actividades.
Los comités de la UCR de la Capital Federal estarán iluminados con luces de color verde durante todas las noches que quedan hasta la jornada de la votación. El sábado, durante el Encuentro Nacional de Mujeres Radicales que se realizó en Santa Fe, el tratamiento de la ley fue uno de los temas protagonistas. La Fundación Huésped publicará sobre mitos y verdades sobre la legalización del aborto en sus redes.
Mañana al mediodía, la Campaña Nacional por el Aborto Legal Seguro y Gratuito hará un “pañuelazo” frente a la sede de Azopardo de la CGT. Allí entregarán una nota con una solicitud de reunión con los dirigentes de la central, quienes dijeron que están en contra de que las obras sociales cubran la interrupción del embarazo.
Cuando se votó en la Cámara de Diputados, la vigilia frente al Congreso duró 27 horas y asistieron un millón de mujeres. Para la fecha de la próxima votación, las organizadoras de la campaña piden a las autoridades del gobierno de la ciudad que no se divida la plaza en partes iguales. “El 13 de junio dividieron la plaza en partes iguales como si fuéramos la misma cantidad de gente. Del lado verde no entrábamos, no se podía caminar. Nosotras como movimiento tenemos una base de casi 500.000 mujeres. Vamos a ser muchísimas otra vez”, dijo Agustina Vidales Agüero, una de las integrantes de la campaña, a LA NACION. Ese día, en las calles habrá paneles, un festival de bandas de música, una feria y actividades artísticas.
Además, el colectivo de actrices seguirá con la producción y difusión de videoclips con testimonios e información, y participará en la gira de la campaña por las distintas provincias para participar de paneles. El 26 de julio, las actrices leerán una carta a los senadores en el Teatro Cervantes. Buscan coordinar reuniones con la mayor cantidad de legisladores para lograr el sí.
Pañuelos celestes
Del lado celeste -color que eligió el sector que se opone a la despenalización y a tono con los colores patrios- también se diagramó un plan de acción con vistas al 8 de agosto. Ayer se llevó adelante, en la basílica de Luján, la “Misa por la vida”, presidida por monseñor Oscar Ojea, obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina. Si bien ya había habido pronunciamientos antes y luego de la media sanción de la ley, esta fue la primera acción explícitamente convocada por la Iglesia en contra de la ley.
La Unidad Provida, una plataforma que reúne a más de 150 agrupaciones en contra del aborto, organizó el 29 de junio un festival en el microestadio de Ferro al que asistieron aproximadamente mil jóvenes. Los ejes tratados en el festival fueron “qué pasó en el Congreso”, “soy provida, ¿y qué?” y “empieza la revolución provida”. En esta plataforma impulsan la “ola celeste” y también se proponen dar visibilidad a los pañuelos en las calles. En la web de la Unidad Provida, un panel convoca a interpelar, a través de las redes sociales y de mails, a los senadores que se declaran “indecisos”. Allí catalogan a los senadores como “antivida” y “a favor de la vida”. Las organizaciones que integran la plataforma se movilizaron la semana pasada ante las puertas del Senado y presentaron 100.000 firmas en respaldo al pedido de la senadora misionera Magdalena Solari para llevar el plenario a distintas provincias para “federalizar” el debate. También buscan reunirse con los senadores. Habrá, asimismo, concentraciones frente a la quinta de Olivos. Se le reprocha al Presidente haber permitido el debate. Desde el Frente Joven, una de las organizaciones, dicen que la Iglesia “no está jugando como un gran actor”.