Tras el triunfo de Francia sobre Bélgica en la primera semifinal del Mundial de Rusia, Inglaterra y Croacia se disputaron la otra plaza al partido decisivo en Luzhniki. El duelo de estilos marcó una clara diferencia que comenzó a resolverse desde los primeros movimientos.
Fiel a su estilo, el combinado británico abrió el marcador a los 5 minutos con un extraordinario gol de tiro libre de Kieran Trippier. El defensor del Tottenham emuló a David Beckham con una exquisita ejecución y obligó a Subasic a buscar la pelota en el fondo de la red. El golazo prematuro encaminó la clasificación del campeón de la edición de 1966, aunque la reacción balcánica no tardaría en llegar.
Fue en el comienzo de la segunda parte complementaria cuando Croacia emocionó al fútbol con una combinación que derivó en el histórico 2 a 1 que depositó al conjunto balcánico en la final del certamen más codiciado del planeta en los pies de Mandzukic. Los héroes conducidos por Dalic ya superaron a la generación del bronce.