Belgas e ingleses se enfrentan este sábado, a partir de las 11, en San Petersburgo, por el tercer y cuarto puesto de la Copa del Mundo.
Bélgica e Inglaterra disputarán el sábado en San Petersburgo el partido que nadie quiere jugar, aunque en esta ocasión es algo más que un consuelo para los dos equipos, ya que podrían hacer historia si consiguen el tercer puesto.
Tanto los Diablos Rojos como los Pross quedaron apartados de la final cuando aparecían como los favoritos para disputarla, pero los belgas cayeron por 1-0 ante Francia y los ingleses perdieron en la prórroga 2-1 ante Croacia.
Pese a la decepción por no alcanzar la final, los belgas tienen el aliciente de lograr la mejor clasificación de su historia en un Mundial, mejorando la cuarta plaza de México-1986, en la otra ocasión que los Diablos Rojos lograron acceder a semifinales.
Por parte de los ingleses, queda ya muy lejos el título de 1966 y no jugaban una semifinal desde Italia 1990, en un torneo en el que acabaron cuartos.
Tras perder contra los Bleus el martes, el seleccionador de Bélgica, el español Roberto Martínez, dio un día de descanso a sus jugadores, que aprovecharon para estar con sus familias y no volvieron a entrenarse hasta el jueves por la tarde.
Si bien la llamada ‘generación dorada’ del fútbol belga soñaba con el primer título mundial, ahora deberán concentrarse en lograr el último escalón del podio, que les daría moral para próximos torneos.