“Negociar con sanciones vigentes no tiene sentido”, se quejó el presidente Hasan Rohani de las medidas implementadas por el Gobierno de Donald Trump.
El llamado de Estados Unidos a nuevas negociaciones con Irán al tiempo que reintroduce sanciones económicas es algo insensato, consideró el presidente iraní, Hasan Rohani, quien denunció un intento de “guerra psicológica”.
Washington impondrá desde hoy una nueva ronda de medidas punitivas para bloquear el acceso iraní a divisas estadounidenses y a afectar industrias clave como la automotriz y la confección de alfombras.
“Si eres un enemigo y apuñalas a la otra persona con un cuchillo y después dices que quieres negociaciones, lo primero que tienes que hacer es retirar el cuchillo”, replicó el mandatario iraní en una entrevista televisiva, en la que afirmó además que su país “siempre estuvo abierto a las negociaciones”.
Pero “negociaciones con sanciones no tiene sentido”, añadió.
“¿Cómo demuestran que se puede confiar en ellos? Regresando al JCPOA”, señaló Rohani, haciendo referencia al acuerdo sobre el programa nuclear iraní alcanzado en 2015 y del que Estados Unidos decidió retirarse de forma unilateral en mayo, abriendo la vía a nuevas sanciones económicas contra la República Islámica.
Poco antes de las declaraciones de Rohani, el presidente estadounidense, Donald Trump, había advertido a Irán que si no cambia su comportamiento “desestabilizador” se arriesga a un mayor aislamiento económico, aunque dejó la puerta abierta a un nuevo pacto nuclear.
“El régimen iraní tiene una opción”, dijo Trump en un comunicado. “O cambia su comportamiento amenazante y desestabilizador y se reintegra a la economía global, o continúa por un camino de aislamiento económico”.
“Sigo abierto a alcanzar un acuerdo más amplio que aborde toda la gama de actividades malévolas del régimen, incluido su programa de misiles balísticos y su apoyo al terrorismo”, aseguró.
Con la primera ronda de sanciones, Washington pretende que Irán no pueda comprar dólares ni tampoco comerciar con oro y metales preciosos. También pretende prohibir el comercio con determinados metales y materias primas y software industrial.
Una segunda ronda de sanciones entrará en vigor en noviembre con el objetivo de dañar la industria petrolera del país persa, muy importante para Teherán.
Si Estados Unidos consigue limitar las ventas de crudo iraní, podría provocar una grave crisis en el país, pues entre el 70 y el 80 por ciento de todas las exportaciones iraníes proceden de ese sector.
Ante el regreso de las sanciones de Estados Unidos, la moneda iraní, el rial, ya perdió cerca de la mitad de su valor desde el anuncio de Trump.