A PONER EL FOCO EN LA CUNA, LA BAÑERA, LA COCINA, EL COMEDOR, EL LUGAR DE JUEGOS…
Cómo equipar y preparar un hogar para que los pequeños se puedan mover por los ambientes sin exponerse a peligros
Los más chicos suelen no saber qué cosas de la casa pueden ser peligrosas. Y los padres son conscientes de que a veces los pequeñines, en su afán por descubrir el mundo, pueden quedar expuestos a distintas cuestiones. Por eso, es importante adoptar hábitos cotidianos y preparar el hogar para evitar los accidentes domésticos.
Empezando por los bebés, en las cunas es indispensable tener en cuenta la separación de los barrotes: no debe ser mayor de 7,5 cm y el cambiador debe ser holgado y estable. Es recomendable durante los primeros meses contar con un almohadón antivuelco sobre el colchón.
Para cuando se quiten los barrotes, es importante poner una barrera o aposta para una camita baja con almohadas a sus pies.
En entradas o escaleras, lo mejor es poner una puerta especial de barrotes, de nuevo, que no tengan más de 7,5 cm entre ellos.
Hay que asegurarse de que no haya juguetes tirados, e instalar un punto de luz en el recibidor para ver por las noches; poner alfombras antideslizantes y acompañar siempre al peque al subir y bajar.
SALÓN COMEDOR
Mientras sean pequeños, es probable que siempre estén ahí, porque también se encuentran en ese lugar los adultos. Poner bases antideslizantes a las alfombras, hacer que las cortinas no sean demasiado largas, proteger las esquinas de los muebles bajos para que no se den golpes y oculta cables y enchufes es lo primordial para no tener que estar diciéndoles que no a cada rato.
JUEGO SEGURO
Si los juguetes están sobre el armario, los niños querrán trepar para agarrarlos. Lo ideal es dejarlos en cajas o cestos, al ras de suelo. Mantener las piezas pequeñas fuera del alcance de los menores de 3 años es fundamental. Todos los juguetes deben estar homologados con la marca de aprobación nacional y si son de madera y materiales naturales, mejor.
Para la cocina es recomendable instalar cierres de seguridad en los armarios y los cajones, especialmente en los que contienen fósforos, encendedores, cuchillos, tijeras, medicamentos y productos de limpieza. Respecto al lavavajillas y el lavarropas, siempre hay que asegurarse que la puerta esté cerrada cuando no se usen.
Un mantel siempre es una tentación para que el niño lo agarre, tire y chau a lo que haya arriba de la mesa. Mejor quitar el mantel después de comer o retirar los objetos peligrosos.
En la bañera, en tanto, nunca hay que dejar solos a los niños, porque pueden resbalarse, golpearse e incluso ahogarse. A medida que vayan creciendo, lo ideal es tener un banquito para que puedan lavarse las manos y los dientes solos.
En cuanto a la calefacción, hay que prestar atención a los radiadores calientes, que suelen ser imanes para manitos intrépidas. La solución puede ser un buen cubrerradiador y, para mantener la humedad perfecta, instalar pequeños depósitos de agua en los aparatos para que el ambiente no se reseque.
Proteger los enchufes para evitar que los peques, por curiosidad, introduzcan los dedos o algún objeto es obligado. Los dispositivos son baratos y fáciles de poner y quitar.
Los muebles que los niños no deberían abrir tienen que estar asegurados con pasadores o llaves y por supuesto, hay que intentar no guardar objetos peligrosos en piezas que estén a su alcance.
Es importante recordar alejar lo máximo posible de sus manos los productos químicos y los fármacos.