Con miedo y desesperada, una mujer que vive en el barrio porteño de San Telmo pide ayuda a gritos para no convertirse en un caso más de femicidio. Mariana le relató a Crónica el calvario que sufre por violencia de género.
Mariana Arias, homónima de la modelo, actriz y periodista, trabaja en el Registro Nacional de las Personas en la sección de Extranjeros. En mayo de este año, comenzó a salir en secreto con unos de sus compañeros del área de Fallecidos, Víctor Cuconatti, de 36 años.
Durante los primeros meses, todo parecía ir bien en su discreta relación. A pesar de que ella sabía que él tenía antecedentes violentos (o por lo menos manifestados por otras de sus parejas), no solo eran felices, sino que Mariana hasta conoció a la hija de su pareja, pero todo cambió en el último mes.
La historia del horror
Mariana se despertó un día a las 6 de la mañana en su casa en el barrio de San Telmo porque el teléfono de Víctor no paraba de sonar. Una mujer le estaba mandando varios mensajes a su celular diciendo “que la llame”. Ella despertó a su novio pidiéndole explicaciones, pero la respuesta no fue la que esperaba. Cuconatti comenzó golpearla brutalmente agarrándola del pelo y pegándole patadas en el piso mientras gritaba. Este fue el primer episodio de violencia que le tocó vivir a Mariana.
Sin embargo, ella no quiso dejarlo y, en diálogo exclusivo con Crónica, explicó: “Yo siempre lo justifiqué, estaba enamorada”. Inclusive, Mariana cuenta que “sabía que toma cocaína y es alcohólico, pero no me importaba”.
La segunda vez, fue al lado de su propia hija. “Me pegó con la hija la segunda vez. Discutimos, me agarró, y me tiró contra unas maderas. Yo quedé tirada ahí. Entonces la hija fue y le empezó a decir que era un enfermo, que no podía hacer eso”, por lo que volvió y “me pidió perdón, dándome besos, diciendo que no lo iba a hacer más”.
Pero el horror de Mariana estaba por alcanzar otro nivel. Una nueva discusión comenzó, pero esta vez, el agresor tomó a su novia del cuello, y le pegó una trompada que dejó negro todo todo su ojo izquierdo. La víctima, quedó en shock, pero reaccionó cuando el violento volvió a acercarse, y llorando le imploró: “Por favor denunciame porque estoy enfermo y te voy a terminar matando”.
Mariana cuenta que “en ese momento agarré, hice mis cosas y me fui, pero no para hacer la denuncia, sino para escaparme. Pero una mujer policía me vio en la calle y me dijo que tenía que ir a hacer la denuncia. Yo le decía que no, pero cuando agarró un espejo de mano y me mostró como me había quedado la cara me di cuenta que tenía que denunciarlo: ‘No te mató de milagro me explicaba la policía'”.
Qué va a pasar ahora
El fiscal de la causa, le advirtió que es “probable que lo echen del trabajo” a raíz de la denuncia, y que sus compañeros en común en el Registro Nacional de las Personas “no pueden creer cuando les cuento la historia, porque aparenta todo lo contrario” nos cuenta Mariana.
Por otro lado, Cuconatti le hizo una denuncia a Mariana por violencia, y manifestó que todas las acusaciones de su ex pareja son falsas, prohibiéndole seguir en contacto con su hija para que “no le haga la cabeza” con sus mentiras: “La hija me contó que se su mamá se separó por lo mismo, por eso nos separa”.
A pesar de haber hecho la denuncia por violencia de género y que el agresor tiene una orden de restricción, Mariana dice que “en el trabajo me ve con las marcas de los golpes y se me rie, como si todo esto fuese divertido. Tengo miedo que me mate”, sentenció.