Un problema de salud obligó a Charly García a finalizar antes de lo previsto el recital que ofrecía esta noche en Rosario. Después de interpretar 14 temas y luego de un show que se prolongó una hora y media, aunque con varias interrupciones, el músico abandonó el escenario sin despedirse.
“Terminó el show de Charly. Faltaron 4 temas, pero no se sentía bien y preferimos terminarlo”, informó el productor José Palazzo a través de su cuenta de Twitter mientras existía incertidumbre entre las 4 mil personas que asistieron al espectáculo en el predio de la ex Sociedad Rural. Nadie anunció formalmente el final y la gente aguardó un largo rato para ver si continuaba.
El público, a través de la cuenta de Palazzo, planteó su molestia contra el productor porque el show fue más corto de lo esperado, pero también estaban quienes expresaban su apoyo a García y consultaban por su estado de salud.
“El maestro no se sentía bien y se decidió preservar su salud. Gracias a todos por venir. Aguante el aguante”, se comunicó minutos después a través de un comunicado oficial en las redes sociales.
Clarín pudo averiguar que Charly tuvo un problema con la presión arterial. Los médicos se la midieron después del primer corte que hizo, tras tocar cinco temas. Notaron que le había subido y le sugirieron que no continuara.
Tocó otros dos temas y volvieron a controlarlo. Otra vez regresó para intentar seguir con el espectáculo. Después del abrupto final, y mientras la gente se retiraba, un médico lo controlaba en el camarín. “Junto a los médicos se decidió preservar su salud”, le confirmaron a este diario.
Acompañado por una banda ajustada y potente, Charly se presentó en Rosario una semana después de tocar en el Gran Rex. La gente explotó con su regreso a la ciudad después de cinco años.
Las entradas que se pusieron a la venta en internet se agotaron en 13 minutos y las que se comercializaban en forma presencial provocaron que se formaran colas 12 horas antes de abrirse las boleterías.
El recital arrancó con “El aguante”, siguió con el clásico de Sui Generis “Instituciones” y luego con otros de sus tantos éxitos como solista: “No soy un extraño”. Cuando terminaba el quinto tema, “La Máquina de ser feliz”, de su último disco, hizo un comentario que el público tomó como una humorada del artista y que luego quedaría claro que no lo era. “Ahora vamos a hacer un breve intervalo de dos horas y media”, advirtió.
Utilizó la interrupción para ser controlado por los médicos. Al regresar cantó temas de su más reciente producción (“King Kong”, “Lluvia” y “Believe”) y volvió a clásicos como “Yendo de la cama al Living” o “Asesiname”, pero todo con una curiosidad además de las interrupciones: Rosario Ortega, encargada de los coros, abandonó el centro del escenario para sentarse junto a Charly en el sillón. Desde allí cantaban juntos.
A pesar del problema, García parecía de buen humor. Agradeció que el Concejo Deliberante local lo distinguiera como visitante ilustre de la ciudad y se permitió algún chiste. Hizo “Cuchillos”, un tema al que acompañaban videos en los que se lo veía junto a Mercedes Sosa, y la gente deliró una vez más.
Tocó “No llores por mí Argentina” y luego vino otra interrupción. Fueron 16 minutos hasta que volvió para hacer un último tema: “Shisyastawuman”. Una vez más se corrió el telón. La gente aguardó con paciencia y aguante.
“Olé, olé, olé, Charly, Charly”, cantaban desde parejas mayores a chicos de diez años acompañados por sus padres. No habría más temas. La producción aseguró que sólo faltaban tocarse cuatro canciones, aunque circuló una lista con 25 de sus éxitos. En Buenos Aires había hecho la semana anterior una hora y media de show, apenas algo más de lo que ofreció en Rosario.